miércoles, 23 de marzo de 2011

Si soy tu bebé, por favor, tócame. Necesito de tu caricia de una manera que tal vez nunca sepas. Tu cariño transmite seguridad y amor.

Si soy tu niña, por favor, tócame. Aunque yo me resista. Insiste, demostrando un modo de atender mis necesidades.

Si soy tu adolescente, por favor, tócame. No pienses que por estar crecido, no necesito de tus abrazos cariñosos, de una voz tierna. Cuando la vida se hace difícil, la niña que hay en mí te vuelve a necesitar.

Si soy tu amiga, por favor, tócame. Nada como un abrazo afectuoso para saber que yo te importo. Un gesto de cariño cuando estoy deprimida me garantiza que soy querida, y me reafirma que no estoy sola. Tu gesto de consuelo tal vez sea lo único que yo consiga.

Si soy tu pareja, por favor, tócame. Tal vez pienses que tu pasión basta, pero son tus brazos los que detienen mis temores. Necesito de tu toque tierno, para recordar que soy amada apenas porque yo soy yo.

Si soy tu hija adulta, por favor, tócame. Aunque tenga mi propia familia para abrazar, todavía necesito tus brazos cuando me lastimo. NO TENGAS MIEDO, APENAS TÓCAME…

Si soy tu madre, ya mayor, por favor, tócame. Del mismo modo que me tocaban cuando yo era pequeña y da calor a mi cuerpo cansada con tu proximidad. Mi piel, ahora marcada, necesita ser acariciada. NO TENGAS MIEDO…    TÓCAME…

Si soy muy anciana, te lo pido tócame, no sabes lo que añoro saber que no soy un estorbo, y que quiero sentir que me quieren como antes…

No hay comentarios: